sábado, abril 30, 2011

Valle Sagrado de los Incas

El Valle Sagrado de los Incas está comprendido entre las poblaciones de Pisaq y Ollanta y tambo, paralelo al río Vilcanota El Valle Sagrado de los Incas está comprendido entre las poblaciones de Pisaq y Ollantaytambo, paralelo al río Vilcanota. El río Urubamba o Vilcanota es uno de los elementos más importantes para apreciar la belleza del Valle Sagrado de los Incas, el cual comprende los pueblos de Pisaq, Calca, Yucay, Urubamba, Ollantaytambo y Chinchero. En cada uno de ellos existen restos arqueológicos que fueron construidos por los incas y usados como fortalezas, residencias, centros de acopio y lugares de reposo. Actualmente son lugares ideales para realizar compras artesanales y para disfrutar de los atractivos que ofrece la naturaleza. El Valle Sagrado fue históricamente uno de los principales puntos de producción por la riqueza de sus tierras y en la actualidad es el lugar en donde se produce el mejor grano de maíz. Los turistas que desean recorrer el territorio paso a paso tienen la oportunidad de practicar el turismo vivencial en el Perú o rural en casas campesinas, en familias que tienen preparadas sus viviendas para alojar al turista y enseñarles su forma de vida, sus costumbres y tradiciones, como arar el ganado, preparar el pan, participar en ceremonias de pago a la tierra, sembrar productos de la zona, caminatas a atractivos cercanos y otras tantas costumbres autóctonas conservadas desde antaño. Por ejemplo, en el Cusco los pobladores de tres comunidades del Valle Sagrado de los Incas abren sus puertas al peregrino a fin de compartir su vida cotidiana a través del turismo. La estadía permite participar directamente en las actividades del campo, fiestas y rituales, logrando un verdadero intercambio de vida en equilibrio con la naturaleza. Además, es posible revivir mitos y tradiciones milenarias al contacto con los habitantes locales durante el recorrido por las rutas ancestrales de los Caminos del Inca y de Ollantaytambo. Este programa abarca tres comunidades del Valle Sagrado: Pumahuanca, que ofrece la posibilidad de aprender las técnicas de cultivo andino junto a los pobladores locales; las salineras de Maras, donde el turista interviene en el proceso de extracción de sal de las más de tres mil pozas construidas en tiempos prehispánicos; y finalmente Yucay, localidad donde se practica el agroturismo en un entorno dominado por un sistema de andenes incas (antigua hacienda del inca Huayna Cápac) y una compleja tecnología hidráulica que revelan su importancia histórica y agrícola. La zona es ideal también para la práctica de ciclismo de montaña. Si algo llama la atención en el Cusco son sus contrastes. Cuando uno se encuentra en el centro de la ciudad -caminando por sus enrevesadas y misteriosas callejuelas, o cómodamente sentado en la plaza- es difícil imaginar que los imponentes cerros vecinos puedan albergar un paisaje semejante al del Valle Sagrado. Pocos lugares del Tahuantinsuyo pudieron competir con la belleza y riqueza de este Valle: no en vano le fue otorgado ese nombre. Su carácter "sagrado" ha sobrevivido al paso del tiempo y esa magia continúa seduciendo a los viajeros. Muchos de ellos, rendidos ante su encanto, deciden dejarlo todo y echar raíces bajo la sombra de los eucaliptos, a orillas del río Urubamba. El Valle Sagrado se ha convertido en uno de los centros turísticos más importantes del país. Además de contar con una riqueza histórica inigualable, la región del Urubamba ofrece infinitas posibilidades de distracción al turista: caminatas, baños termales, viajes en balsas o kayacs por el río, vuelos en parapente o ala delta, cabalgatas, montañismo, etcétera. En los últimos años se han desarrollado programas de turismo participativo, invitando, por ejemplo, al viajero a trabajar en un andén o a recolectar la sal de una salinera. El Valle Sagrado alberga, además, a dos de los más importantes mercados artesanales del Cusco: Písac y Chinchero. Pese a que en los últimos años ha crecido significativamente la infraestructura turística en el área, ya que se cuenta con una oferta importante-razonable de alojamientos y restaurantes, el Valle ha sabido conservar su encantadora paz natural. El camino seguro Es posible acceder al Valle a través de dos carreteras asfaltadas: la primera y más utilizada es la que parte del Cusco hacia el norte y conduce, vía Chinchero, al poblado de Urubamba. Una segunda vía parte del Cusco con rumbo noreste hacia Písac y sigue luego el curso del río Vilcanota hasta la localidad de Calca, en pleno corazón del Valle. La primera ruta es la más transitada debido a que se encuentra en mejores condiciones. Si se opta por ir en automóvil, servirá de referencia saber que saliendo por la calle Saphi se encuentra el Grifo San Carlos, donde abastecerse de gasolina y revisar el estado del automóvil. Siguiendo la ruta se llega a San Cristóbal. El camino al Valle Sagrado es el mismo que conduce a Sacsayhuamán, de modo que, si el tiempo lo permite, se pueden visitar las ruinas de Quenco, Puca Pucara y Tambomachay. El sendero de los eucaliptos es un camino agradable, aunque con numerosas curvas. En todo el trayecto los eucaliptos y las retamas acompañan al viajero. A cuatro minutos de Tambomachay se llega al abra de Corao y al mirador, desde donde asoma el Valle. Todos los martes, jueves y domingos se lleva a cabo allí una feria artesanal. El mirador de Taray Es el primer punto desde donde se divisa realmente el Valle. Su paisaje, como es habitual en el Cusco, sorprende al viajero, pues tras largas curvas y subidas, de pronto los cerros se abren y el Valle se muestra en toda su amplitud. Abajo discurren las aguas del río Vilcanota o Urubamba. Desde aquí se pueden tomar magníficas fotografías. Es frecuente encontrar a unos niños que esperan ansiosos la llegada de turistas para ofrecerles los catálogos "que ellos mismos fabrican" y de los que se sienten sumamente orgullosos. El camino continúa, y si se tiene suerte, se podrán divisar los nevados Huancalle y Pitusiray. Los senos de la Ñusta El primer lugar que se visita después de bajar los cerros y cruzar Corao y Taray es Písac. A media cuesta se obtiene una fantástica vista del pueblo. Si dispone de tiempo y de auto particular, le aconsejamos detenerlo, pues desde aquí se pueden tomar buenas fotografías y observar la estructura del pueblo. Al lado izquierdo de Písac, al pie de las montañas, se divisan los llamados "senos de la Ñusta", cuatro hileras de andenes que simulan los senos de una mujer. Según dicen, este pudo haber sido un homenaje a la fertilidad. A pesar de que estos andenes se encuentran tan cerca del pueblo, han permanecido intactos hasta el día de hoy. Urubamba Urubamba es un poblado de origen incaico a 76 kilómetros, una hora y 15 minutos del Cusco, vía Písac, y a 57 kilómetros, 45 minutos, por Chinchero. Ubicado en el corazón mismo del valle de Urubamba, está rodeado de bellos paisajes, donde destacan el nevado Chicón y las campiñas. Fue uno de los principales centros agrícolas del Imperio incaico. En su plaza se encuentra una iglesia colonial. Cuenta con varios hoteles, picanterías y restaurantes campestres.

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