martes, mayo 11, 2010

La rehabilitación del Inkawasi, a medias

Se la considera la evidencia física más importante de la presencia inca en la serranía ecuatoriana. Está ubicada en Caranqui, a cinco minutos del centro de Ibarra. Es el Inkawasi o Casa del Inca, el descubrimiento arqueológico más relevante de la región en el último lustro. Los vestigiosEn el 2009, un equipo de resonancia magnética detectó, en este sitio, tres tumbas y más estructuras enterradas. Según datos de 1595 , el Inkawasi ocupaba un área de 20 cuadras. Es decir, toda Caranqui estaría sobre el sitio. Hay muros de tres estilos: piedra natural, piedra almohadillada y cimientos de ladrillo, posiblemente de la colonia. Hace tres años, en una propiedad de 5 000 m² conseguida por el Municipio, los técnicos del ex Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural del Cantón Ibarra (Fonsalci) hallaron los restos de lo que sería el asentamiento más septentrional del Tahuantinsuyo (siglo XVI). A un costado de la propiedad se desenterró un estanque de 10 x 20 m, construido al estilo inca mediante piedra tallada almohadillada. Para considerar que se trataría del Inkawasi, los técnicos se basaron en el relato etnohistórico del cronista Cieza de León, quien en 1547 estuvo en esa zona y vio los restos del aposento de Atahualpa. Sin embargo, a pesar de su importancia y de la periódica visita de arqueólogos de Perú, EE.UU. y Europa, el hallazgo se deteriora por el sol y la lluvia. El Fonsalci dejó de funcionar hace un año y su labor la asumió el Dpto. de Planificación de la Municipalidad de Ibarra. Según su titular, Fabio Carranco, se necesitan USD 540 000 para financiar el Plan de Intervención para la Rehabilitación, Conservación, Consolidación del Inkawasi y su entorno urbano natural. “En 15 días vendrán del Ministerio Coordinador del Patrimonio para reunirse con nuestros técnicos y la comunidad. El objetivo es unir esfuerzos y conservar este descubrimiento”, dijo Carranco. Por ahora, el Municipio realizó el levantamiento topográfico, el plan altimétrico de la edificación, el tratamiento de las áreas verdes y la construcción del Centro de Interpretación Cultural, que exhibe un estilo arquitectónico contemporáneo . “Con el dinero podremos continuar con el estudio arqueológico y terminaremos el Centro de Interpretación. Además, rehabilitaremos la edificación y construiremos el cerramiento provisional”, señaló Carranco. En la actualidad, el Inkawasi no tiene seguridad. Dos de las cuatro calles que lo circundan apenas cuentan con alambre de púa para proteger el sitio. Roberth Arunate se encarga del cuidado y mantenimiento. Él se ha enfrentado a los huaqueros en algunas ocasiones. “Varias noches han llegado con linternas y cortan el alambre en las calles Huaca y Viracocha. Su intención es excavar y llevarse algunos vestigios. Por suerte, he conseguido ahuyentarlos con mi machete, pero temo que regresen con armas de fuego”. Arunate realiza este oficio desde el 2006. Con una brocha y un bailejo limpia las piedras del estanque, de los muros y de los acuíferos. Esta semana, Arunate continuará ayudando en la soldadura del Centro de Interpretación. Es una estructura metálica visible desde la calle y que fue edificada empleando los materiales que se destinaron para la cubierta del estanque. Según el alcalde, Jorge Martínez, la cubierta (por su peso y volumen) era inapropiada para el Inkawasi. “En el INPC nos dijeron que sería una barbaridad. Era como si se tratara de cubrir Machu Picchu. Por eso, se tomó la decisión de utilizar esos materiales para levantar el Centro de Interpretación Cultural”. El Inkawasi todavía permanece cerrado al público. Cuando se inaugure será parte de un circuito histórico que también abarcará el museo Atahualpa, en Caranqui, y las tolas y los descubrimientos arqueológicos de Yahuarcocha.

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